Las cámaras sin espejo pequeñas de objetivos intercambiables.
Foto tomada con una Nikon 1 V2 y el objetivo 1 NIKKOR VR 10-100mm f/4-5.6: 100mm / ƒ/5.6 / 1/500s / ISO 160 |
Se trata de un sistema de
fotografía diferente a los que he comentado en otras entradas de este blog: el que se compone del cuerpo de la cámara por
un lado, y los objetivos por otro.
Son cámaras cuyos cuerpos
efectivamente son más pequeños que los de las réflex o incluso que
otras sin espejo más grandes. Ahora bien, los objetivos que se le
acoplan varían tanto que el conjunto puede llegar bastante pesado y
voluminoso.
El denominador común de
estas cámaras es, por lo tanto, el reducido tamaño del cuerpo, y
que carecen de espejo, es decir, la imagen que vemos por el visor
electrónico (casi todas ellas lo traen) es prácticamente la foto
que vamos a tomar. El sensor va a ser al menos tan grande como el
de una bridge avanzada y puede ser igual al de réflex. Es decir,
hablamos de sensores de más de 1 pulgada hasta 4/3, siempre muy
superiores al de un móvil.
Al igual que pasa en todas
las cámaras de objetivos intercambiables su desventaja con respecto
a las “todo en uno” es el tener que llevar uno o más objetivos:
al cambiar de objetivo se expone el sensor directamente con lo que
hay que tener especial cuidado en esa operación, a fin de evitar que
entre polvo o humedad dentro. En caso de acoplarle un objetivo
pequeño (por regla general será sin zoom), se pueden llevar siempre
encima, por su poco peso. Si bien, personalmente, para eso
prefiero una compacta avanzada, que puede ofrecer una calidad de
imagen casi igual de buena, sin renunciar a tener el zoom a mano, y
sin el riesgo de que al cambiar el objetivo entre polvo o humedad en
el sensor, que además en este tipo de cámaras queda expuesto cuando
hacemos la operación. Cuando se le acopla un objetivo con zoom ya
no resultan tan cómodas como para llevar siempre encima.
La calidad de las fotos
viene determinada más que por el cuerpo de la cámara por el
objetivo que se le acople, de ahí que sea difícil decir cual es su
uso más habitual, más allá del hecho de que tendremos
prácticamente lo mismo que con un sistema de fotografía voluminoso
en un conjunto menor. En realidad, dependerá bastante del
objetivo acoplado para determinar que uso le damos. Así, pueden
servir prácticamente para todo tipo de fotografía: retrato,
paisaje, fotografía nocturna e incluso algunas (las que tengan un buen enfoque automático
y mucha ráfaga) para fotografía deportiva...
Todas ellas van a venir
con modos manuales a los que se les sacará partido, además de la
posibilidad de disparar en raw. Asimismo tendremos los modos
automáticos que no suelen defraudar, siempre y cuando el objetivo
sea aceptable.
En cuanto al precio de
estas cámaras es muy variable. Suele incrementarse por la velocidad
de la ráfaga, el mayor ISO, el tener visor, la novedad, etc. También
varía si la compramos con o sin objetivo, si bien hay que tener en
cuenta que los que suelen venir en el kit no son de gran calidad, con
lo que habrá que invertir más dinero en objetivos buenos. Hablamos
de un rango de precios que oscila entre los 400 € hasta superar los
1.500 € para el cuerpo con un kit de objetivos básico.
Ninguna cámara de estas
es sumergible, con la excepción de la Nikon 1 AW1 (acompañada de
objetivos también sumergibles), y aunque las hay resistentes a polvo
y salpicaduras, ese supuesto sellado va a depender del objetivo que
se les acople, pues si éste no es también sellado no se podrán
usar bajo la lluvia o con mucho polvo, salvo que estemos dispuestos a
arriesgar el conjunto.
Ejemplos de estas cámaras
serían las que llevan monturas micro 4/3 como las económicas
Olympus PEN (la última que han sacado es la Olympus PEN E-PL9), y varias de Panasonic, como la Lumix DC-GX9. Con otras monturas están la Sony Alpha a6500 y anteriores,
las descontinuadas Nikon 1 que se encuentran a precio de saldo (como
la Nikon 1 V3) o en Canon varias como la EOS M50.
Foto tomada con una Nikon 1 V2 y el objetivo 1 NIKKOR VR 10-100mm f/4-5.6: 12.8mm / ƒ/4.5 / 1/125s / ISO 200 |
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